Hace unos días, estuvimos ahí nomás de comprobar definitivamente la existencia de los duendes en San Juan. Ahora, se presentó una excelente oportunidad de obtener evidencia irrefutable de la existencia del Yeti. Pero, por desgracia, estos polacos tenían una cámara de muy baja calidad y un pésimo pulso para sostenerla en la dirección correcta. Obviamente, no lo atraparon. Ni siquiera se animaron a gritarle, acercarse o tirarle alguna piedra para ver cómo reacciona este habitante de las montañas. Habrá que seguir esperando.
miércoles, 2 de septiembre de 2009
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