domingo, 12 de julio de 2009

Cuánto lo siento


Estoy en contra de las corridas de toros. Es más, soy de los que festejan cada vez que el toro le clava los cuernos a alguien. Aunque sospecho que al pobre animal no lo premian por ganar la batalla ni le dan la oreja del torero para que la ponga en una vitrina. ¿Acaso hay favoritismo por alguno de los contendientes? Eso no es verdadero deporte.
Pero las corridas de toros de San Fermín son otra cosa. Ahí no se monta un circo para ostentar la crueldad humana, simplemente se pone en evidencia la estupidez de algunos ejemplares de nuestra especie. Es raro que todavía no se les haya ocurrido pararse en una avenida, esperar a que se ponga en verde el semáforo y empezar a correr para adelante tratando de que no te pisen los autos.


En los encierros de este año, hay un madrileño de 27 años muerto por una corneada en el cuello. Para los morbosos, está el video en youtube. También hay algunos heridos graves con lesiones en el pecho o en la cabeza. Y, como es de esperar, uno de los animales humanos heridos es argentino.
“No sentí la cornada y seguí corriendo”, dijo Lucas Matías Caamaño al corresponsal de Clarín. Este espécimen de 24 años viajó a Pamplona a disfrutar de unas lindas vacaciones y parece que encontró lo que buscaba.
“Cada vez que los veía me repetía a mi mismo que algún día estaría allí. Estuve pensando cuando llegue a Pamplona si correr o no. Me decidí y ya ves dónde he acabado.”……….Un auténtico pelotudo argentino.


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